viernes, 9 de abril de 2010

LA PUERTA DE NORAH

Tan importante como tener sueños, es el poder llevarlos a buen término.
Todos tenemos un montón de sueños que nos gustaría ver cumplidos. Seguro que ahora mismo estaréis pensando en que querríais ser más altos, más guapos y más ricos. Pero yo me refiero a cosas más al alcance de la mano. Aunque aquí ya entramos en el terreno de lo personal y por lo tanto relativo.

Por supuesto, los sueños se construyen en un mundo idílico, pero el mundo real, es cualquier cosa menos idílico. Y de lo soñado a lo conseguido, siempre hay una considerable diferencia. Aun así, estoy contento de haberlo hecho y orgulloso de haber reunido el valor para intentarlo.
Solo espero que mi gente no sufra por mi decisión.

Pues bien, este es uno de mis más grandes sueños. Me ha llevado toda una vida verlo cumplido. Y una vez cumplido, solo queda disfrutarlo.

Y para conmemorar este momento y haciendo honor al cambio planteado, he empleado una técnica diferente de la habitual. Reconozco que la calidad está muy lejos de ser la deseada, pero es la segunda vez que recurro a esta técnica, y por el momento es lo mejor que he conseguido. Espero que tengáis esto en cuenta y que seáis benévolos al juzgar la calidad del trabajo.
La monotonía de aquella de peregrinación me hacia parecer una marioneta enredada en los hilos de “Rutina” e “Inercia”. Pero esa monotonía se vio truncada tras un recodo del camino.
Con una mezcla de miedo y asombro, recordé aquellas viejas historias que había escuchado desde mi infancia. La certeza de estar en un lugar tan privilegiado me hacia sentir eufórico y temeroso al tiempo!

Los ancianos siempre contaban la leyenda de “La Puerta de Norah”, tras la cual se escondía un mundo totalmente distinto al conocido por la mayoría de los hombres. Un mundo lleno de placeres celestiales, aquí, en la tierra. Una especie de Jardín del Edén terrenal.
Pero esta era una puerta “de no retorno”. Si entrabas, te quedabas dentro. Para siempre!

Estoy decidido a cruzar esta puerta que hoy me corta el paso, aunque desconozco el precio que el tiempo me reclamará por mi osadía. Pero ahora que he llegado hasta aquí, solo puedo mirar hacia delante. Desandar todo este camino, no es una opción.

Me pregunto que me encontraré realmente cuando haya flanqueado su enorme umbral? Serán ciertas las viejas leyendas que cuentan los ancianos? Como será un Jardín del Edén real? Podré regresar algún día? Querré hacerlo? Será la mismísima Norah en persona, quien me dé la bienvenida?

Pronto saldré de dudas!
600X400mm
Tinta sobre cartulina.
2010