lunes, 18 de julio de 2011

Re: SOLEDAD

Hace un par de meses, tras haber modelaba almas de arcilla, recibí un correo de uno de vosotros. Bueno, realmente de una de vosotras. Vosotras que me conocéis a través de esta ventanita por la cual me dejáis asomarme a vuestras vidas y formar parte de ellas. Vosotras que nunca me habéis visto en persona, que nunca habéis escuchado mi voz, ni soportado mis manías..
Una de vosotras, me ha hecho uno de los mejores regalos de mi vida, el otro fue una tarjeta firmada por el mismísimo Luis Royo. Pero esa es otra historia...
Pues eso, que recibí un correo de una de vosotras, lo cual ya supone una novedad digna de celebración, en él me explicaba como me había conocido y...
Bueno, creo que es mejor dejar que os lo cuente ella.

Esta es la historia contada con la “voz” de su protagonista:

Hola Luís. Como estas?
Me llamo Hestia. Hace unos días que he entrado en tu blog por primera vez y la verdad, es que me has dejado sin palabras...

Una tarde mi amiga Katia me habló de ti, bueno de tus dibujos y sus historias. Habíamos quedado para tomar un café y planear una escapada con la pandilla para el puente. Después de dos horas llegue a casa con dolor de cabeza y sin tener ni idea de a donde íbamos a ir. Eso si, me había repetido por activa y por pasiva lo estupendo y maravilloso que “eres”.
Al principio no le di importancia. Katia es así, fácil de impresionar. Y como hace años que nos conocemos, no le hice mucho caso.
Unos días después volvió a sacar el tema, y aunque ya estaba más relajada, me sorprendió la intensidad con que te describía. Era como si os conocierais de toda la vida, como si os hubieseis criado juntos. Me apuntó la dirección de tu blog en una servilleta y me insistió hasta la saciedad para que le echara un ojo. Tengo que reconocer que el nombre hizo que me picara la curiosidad, aunque pronto se me pasó.

El domingo pasado encontré la servilleta en un bolsillo mientras hacía la colada y no pude resistir la tentación.
No está bien que yo lo diga, pero a mi no es fácil impresionarme. Pues bien, el caso es que tres horas después seguía pegada a la pantalla del ordenador y con la colada sin hacer. Ahora entiendo porque Katia hablaba así de ti.
Me he leído todas las entradas varias veces, por orden cronológico, y salteadas. Me he descargado todos los dibujos y los he guardado en una carpeta, con la intención de escoger uno como favorito pero aún no me he decidido. He intentado descifrar lo que cuentas e imaginarme lo que te callas. No tengo muy claro que lo haya conseguido porque me da la sensación de que en tus silencios escondes todo un mundo para el que estamos vedados.
Al final he tenido que dejarte, con las manos manchadas de arcilla y pintura entre tus figuritas, y he apagado el ordenador. Pero algo de ti se me había quedado dentro. No se como explicarlo, nunca antes me había pasado algo parecido.

Llevo tres días pensando en ti a todas horas. Bueno… en ti no. O sea, no en ti como persona física, sino en tu parte “espiritual”. En los sentimientos que transmites, en las sensaciones que despiertan en mi cuando veo tu vida a través de tus lápices. Tengo la sensación de que lo sé todo sobre ti, aunque en realidad creo que nunca llegaré a saber nada.

He pensado en escribirte desde el primer momento, pero me daba mucha vergüenza.
Al fin hoy me he decidido, porque esta noche he soñado contigo. Vale, en realidad creo que no eras “tu”, porque no se como eres. Era el cuerpo de mi novio y la cara de mi compañero de curro, pero en el fondo yo sabía que eras tú. Estábamos en tu estudio y yo posaba para ti, mientras me dibujabas en la versión femenina de “Soledad”.
Alguna vez me he imaginado que ese hombrecillo solitario eras tú. No se porque lo he hecho… la verdad es que tampoco sé porque te lo cuento. Me da un poco de vergüenza, pero me apetecía que lo supieras. Que supieras que a veces te imagino recorriendo mi cuerpo desnudo con la punta de tus lápices... Espero que no los tengas muy afilados, no me vayas a pinchar… gg

El caso es que esta tarde, aprovechando que estaba sola en casa, me he hecho unas fotos. Me he imaginado que era tu modelo. Ha sido muy excitante…
Te adjunto la que mejor ha quedado, y a cambio te pido un favor. Me gustaría que hicieras realidad mi sueño. Me gustaría ser parte de tu “Soledad”.

Modigliani decía que pintar a una mujer, era como poseerla. Así que yo te pido: por favor, poséeme!

No cambies nunca!
Besitos!



Mi querida Hestia, aquí lo tienes! Lo he hecho con todo el cariño y la delicadeza de la que he podido hacer uso. Espero que te guste el resultado y que algún día podamos conocernos en la versión tridimensional.
Muchas gracias por entregarme tu cuerpo y hacerme este maravilloso regalo.

Me encanta pensar que lo que nació como una forma de pasar el tiempo y de expresar mis sentimientos, haya desembocado en esta muestra de cariño, confianza y respeto por parte de una persona que para mi era totalmente desconocida. De verdad que te lo agradezco!!

Después de todo esto, creo que poco más puedo añadir sin miedo a estropear lo que has dicho. Aunque no quiero despedirme sin antes pedirte una cosa: si hay una próxima vez, te agradecería que no mirases a la cámara como si fuera tu verdugo al otro lado del cadalso. Resulta tremendamente complicado trazar unos rasgos tan duros en un cuerpo tan bonito.

Cuídate mucho.
Un beso.

“Nos gusta mirarnos en los demás para descubrirnos a nosotros mismos”.
El penúltimo sueño. Ángela Becerra.

325x500mm
Grafito y l. acuarelable sobre cartulina.
2011