miércoles, 1 de febrero de 2012

LA DAMA DE LA EMPEÑADA ALMA


Felicidad: estado del ánimo que se complace en la posesión de un bien.

¿Que necesitas para ser feliz?
¿Que te hace falta, o que te falta?
¿Que estarías dispuesto a hacer para conseguirlo?
¿Que precio pondrías a tu propia felicidad?
¿Te atreves a intentar alcanzar la felicidad o te conformas con quejarte de tu mala suerte?

Amor: sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

Pero, ¿y cuando se trata de los demás?
De la gente que amas, ¿que estarías dispuesto a hacer para que ellos fueran felices?
¿Cual el bien a poseer?
¿Cual seria entonces el precio?
¿Cuanto estarías entonces, dispuesto a sacrificar?


El miedo se apoderó de mí en cuanto llegué al lugar pactado y comprobé que nadie me esperaba. Un tímido resplandor dibujaba la línea del horizonte, separando al fin cielo y tierra. El suave crepitar del fuego rompía, después de horas, el ensordecedor silencio que me había acompañado en el último tramo del viaje. Me dejé envolver por la mágica belleza del lugar, que me hizo perder la noción del tiempo hasta que de pronto comencé a sentirme observada. Al girarme, la vi a mi lado, con la complicidad en su gesto de quien ha compartido el camino. Las dos mirábamos en la misma dirección, absortas en algo que nuestros ojos no acertaban en comprender.
No pude evitar sentirme un poco decepcionada al verla. Me esperaba un trato un poco más personal, y un emisario era...
- Ha llegado el momento – dijo rompiendo el hilo de mis cavilaciones.
- Creí que ÉL, en persona, acudiría a la firma del acuerdo. – Dije sin poder contenerme.
- Me pregunto cual proceso mental la ha llevado a concluir en esa afirmación, querida. – dijo con un ademán interrogante. Y tras una leve pausa, continuó. - He sabido de su fascinación por la anatomía de ustedes las féminas y me imaginé que, al presentarme con este aspecto, estaría usted más cómoda. Debe saber que su bien estar personal es mi mayor preocupación en estos momentos. – respondió con una sonrisa, que junto con su suave voz, apaciguaron mis temores. - Estamos ante un acuerdo de crucial importancia para mí, y por ende para mi reino. Posee usted un alma de una pureza y bondad extremas. Hacía mucho que no veía un material de la calidad del suyo. Es cierto que tiene alguna que otra pequeña tara, pero aún así, sé de uno que ahora mismo debe estar tirándose de los pelos. Jajaja – ante mi mirada interrogante, aclaró - Ya sabe querida, ese al que ustedes llaman “TODOPODEROSO”… – y en aquel “Todo Poderoso” dejó entrever el desprecio que ambos se profesaban.
- Que considerado por su parte. No tenía que haberse molestado. ¿Y como quiere que le llame? Porque Lucifer no pega nada con ese cuerpazo que se ha sacado de a saber donde..
- ¡¡Puede usted llamarme Lu, querida!! Podríamos suponerlo el diminutivo de por ejemplo… Lucia. Ggg. ¿¿Que le parece??
- Como quiera… “Lu”. Estoy preparada, así que acabemos de una vez. Me gustaría terminar cuanto antes con esto y salir de aquí. Este lugar me pone los pelos de punta. – dije dejándome llevar por mi eterna impaciencia.
- Usted siempre con premura… Está bien, pero es una lástima. Estaba disfrutando mucho departiendo con usted. Siento como si ya nos conociéramos, y eso es muy poco habitual por estos lares – dijo Lu mostrándome un enorme atado de hojas que se había materializado al momento en sus delicadas manos. - Esté es el acuerdo que mi gente ha redactado. Se trata de un formulario estándar, lo típico en casos de la naturaleza del suyo. No hace falta ni que lo lea, al fin y al cabo estamos entre amigos. – dijo esbozando una sonrisilla. - Pero le resumiré los puntos críticos si le parece oportuno: exhalado su último suspiro, su alma tornará a la propiedad de “Infierno SL”. A cambio, dejará de sufrir tormento, el alma de ese joven al que ama en silencio. Su alma a cambio de una vida terrenal, feliz y plena para él. – Se paró un momento a mirarme de reojo, como si esperase que yo le confirmara aquella afirmación. Como no dije nada continuó. – Debo decir que es un muy bonito gesto por su parte. Y una vez mas me veo obligado a recordarle que podría conseguir mucho mas con un material de esa calida. Aún está usted en posición de negociar, si así lo desea.
- Con eso será más que suficiente. – dije con los ojos inundados en lágrimas a punto de derramarse en las arenas de aquel mágico y espeluznante paraje desértico.
-Ya no se ven, con frecuencia, gestos de generosidad como este. Se me partiría el corazón, si lo tuviera.
- ¿No hay trucos, ni letra pequeña? - pregunté ignorando sus triquiñuelas de buen vendedor.
- Por favor… – dijo mostrándose herida por mis palabras. – ¡¡No sé que le habrán contado a cerca de mis quehaceres, pero déjeme decirla que soy una profesional al frente de una empresa seria. Mentiras y engaños son las artimañas de los que se autodenominan “Los Buenos”!!
Pero si debo advertirla ante la posibilidad de que sus caminos se distancien con el tiempo y nunca pueda llegar a comprobar personalmente si los términos aquí descritos son alcanzados. Espero que lo haya entendido, ya que llegado el momento, esta situación no supondrá motivo suficiente para declarar nulo el acuerdo. Una vez firmado, el pacto se cumplirá en su integridad. Pueda usted comprobarlo o no. Todo está perfectamente descrito en esos pliegos. Sin artimañas, ni manipulaciones. Pero si desea formular alguna pregunta, este sería el momento.
Mis ojos se deslizaban entre los pliegos del acuerdo sin posarse en ningún punto en particular. Mis pensamientos me habían abandonado. Volando hacia la felicidad más absoluta o lo más cerca que llegaría a estar nunca de ella: poder verlo al fin completo, aunque fuera en brazos de otra mujer.
- La esperanza que me ofrece de conseguir lo que tanto ansío, bien vale mi alma. – dije estallando en un llanto incontrolable.
- Así pues, si se haya usted conforme con lo tratado, precisaré tan solo una gota de su sangre en la última página. Junto a su nombre. ¡¡Así de fácil!!


"¿Es usted capaz de guardar un secreto? Pues en secreto, ese infierno del más allá no existe. El odio, la crueldad, eso es el infierno. A veces el infierno somos nosotros mismos."
Frases de Monserga, Que Pasaría Si Muriera Hoy

320x640mm
Grafito y l. acuarelable sobre cartulina.
2012

8 comentarios:

  1. ¡¡Me encanta¡¡...cada dia te salen mas buenorras las chiquillas. Nahh..en serio..muy chulo¡¡
    Beso, Lau

    ResponderEliminar
  2. si que esta buena la tia, no nos dejas quedar muy bien que digamos a las simples mortales. el infierno esta aqui, cierto, pero el cielo tambien que no se te olvide

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimada Kon:
      En más de una ocasión he intentado que "tristes mortales" como usted dice, prestaran su anatomía para dar vida a los personajes de mis historias. Las respuestas? Siempre variadas, pero sin perder nunca de vista un rotundo NO.
      Tan solo dos de entre todas son de esas de las que usted dice "tristes", pero con ellas me siento en deuda.

      Conclusión: si tengo que inventarme a una mujer, la haré a la medida de mis sueños!!

      Un beso.

      Eliminar
  3. Felicidades por las ilustraciones, son muy sugerentes. Y también por los textos, espero que sigas con ello. Seguiré tu blog. Un abrazo Jose Luis.
    Paco Roca

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Estimado Sr. Roca, me siento especialmente honrado y alagado al contar con su presencia aqui.
      No sabe cuanto le agradezco sus palabras, maestro.

      Esta siempre será su casa.

      Un fuerte abrazo!

      P.D: Felicidades por su Goya!

      Eliminar
  4. FELICIDADES!!!!
    Recuerda!Nunca te olvides de reir!!! Y por supuesto que yo lo vea...
    Un besazo

    ResponderEliminar