sábado, 23 de noviembre de 2013

DESENCUENTROS



No podría comenzar de otra manera más que pidiendo perdón por el retraso acumulado. Os aseguro que yo era el primer interesado en que un nuevo trabajo viese la luz. La espera ha sido larga, lo sé. Incluso me atrevería a decir que demasiado. Lo sé porque el retraso ha supuesto sufrir en mis carnes el motivo causante del mismo. Pero como sabéis todo llega para quien sabe esperar, y aquí tenéis una nueva entrega de este proyecto todavía inacabado.Una nueva lágrima, o tal vez una nueva esperanza. Tan solo el tiempo lo dirá.

Una vez más, hoy os hablaré de pérdidas, o tal vez de reencuentros, quien sabe!
Estoy seguro que alguna vez habéis perdido algo, algo valioso, algo preciado, algo que quizás sentíais como único.. y seguro que habéis removido cielo y tierra para encontrarlo. Mi madre habría rezado a San… (sancosasperdidas…).

Yo he perdido muchas cosas, y sobre todo a muchas personas. Algunas de ellas no volveré a verlas nunca, por más que lo desee, por más que me duela ya solo existen en mi recuerdo y en el de aquellos que las queríamos.
Por el contrario, hay otras personas a las que si puedo volver y aunque en este caso concreto que tenemos entre manos, la espera ha sido demasiado larga, ha llegado el momento de dar el paso y desandar el camino hasta donde sea necesario para volver a retomar la senda perdida. O por lo menos, si eso no es posible, dedicarnos un “hasta más vernos” y continuar adelante con el alivio de haberme arrancado una espinita enquistada tras tantos años.


Todo, absolutamente todo ha cambiado desde aquella calurosa tarde de principios de primavera en la que nuestros caminos se cruzaron por primera vez. Tu vida ha cambiado y tú con ella. Mi vida es hoy distinta de entonces, y por supuesto yo no soy menos. Incluso la pintura que fue motivo y testigo de nuestro encuentro, hace tiempo que ha desaparecido. Nuestros caminos se separaron sin que ninguno de los dos entendiera el motivo o moviera un solo dedo por impedirlo, recorriendo a diario las mismas calles vacías que antaño nos arropaban en cada encuentro casual.

Desde hace tiempo, una canción me devuelve a tu recuerdo. Yo tampoco lo entiendo. Una canción que versa sobre un atentado sangriento, que nada tiene que ver contigo me arrastra inevitablemente a tu recuerdo. Una canción que me golpea con cada palabra, desgarrándome el alma por la magnitud de la verdad planteada. Una canción que sin pronunciar mí nombre me anima a cambiar el presente, forjando así un futuro distinto. Una canción que aunque habla de muerte y destrucción, me susurra al oído tu nombre. Yo tampoco lo entiendo...

El tiempo pasó y volvimos a cruzarnos, claro que si, como tantas otras veces. Aunque aquel día sería completamente distinto a todos los anteriores. El encuentro fue casual y distante, pero los dos pusimos de nuestra parte para diferenciarlo de todos los anteriores. Y en aquella encrucijada de caminos, demolimos ese muro imaginario que nos había separado de una forma tan traumática. Ambos, cada uno por su lado, habíamos soñado con aquel momento, lo sé. El momento en que todo volviera al punto de donde nunca debimos alejarnos, pero la ilusión duró poco, al despedirnos y abandonar la encrucijada poco de ese cambio se materializó realmente. Tan solo fue visible en las tímidas sonrisas que ocuparon el lugar donde antaño residían afiladas miradas.

Los días siguen pasando veloces y la distancia media entre nosotros continua siendo la de un abismo profundo e infinito. Me gustaría, Dios mismo sabe que me gustaría, pero no tengo forma de ponerme en contacto contigo, desconozco donde vives e ignoro tu número de teléfono o el lugar donde para tu cuervo. Así que me veo en manos de la providencia, forzado a esperar que un alegre giro del destino te acerque a mí de nuevo, aunque tan solo sea por unos minutos.



[...] Y que más da quien haya sido, yo que deje de hablarte por aquel mal entendido [...]
[...] Y seguimos sin hablarnos ni después de lo ocurrido, vaya mierda de destino [...]



382x256mm
Bolígrafo sobre papel
2013

2 comentarios:

  1. Me siento tan identificada....tantos son los desencuentros...bueno, unos cuantos, y desandar esos pasos que nos llevaron a ellos es muchas veces tan complicado. Otras veces el azar nos pone una pequeña alfombra para hacer más llevadero ese caminar, pero en muchas ocasiones nuestros demonios interiores ganan la batalla y perdemos a gente por el camino, y ellos también nos pierden a nosotros....vaya mierda.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Mi buena mujer-pez.
      Perder gente en el camino de la vida es algo tan inevitable como el final mismo que a todos nos espera. Pero en ocasiones es bueno volver la vista atrás y desandar el camino en busca de esas personas especiales que se han quedado lejos. Eso es lo que se refleja en este trabajo. Por el momento estoy muy contento con el resultado, y no me refiero solo a la parte creativa.
      El tiempo dirá hasta donde compartimos esta nueva senda que se abre ante nosotros.
      Andaremos y veremos.

      Una vez más, muchas gracias.
      Un beso

      Eliminar